Con apenas un 17% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en camino de cumplirse, el Secretario General de las Naciones Unidas ha enfatizado que “los ODS necesitan un plan global de rescate”, subrayando que la reforma de la arquitectura financiera internacional es un “cambio de juego para acelerar el progreso hacia los ODS”. La brecha global de financiamiento para los ODS se estima en más de 4 billones de dólares, mientras que el costo de cumplir con las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) del Acuerdo de París asciende a alrededor de 5.8 billones de dólares para 2030.
En el marco del 80o aniversario de las Naciones Unidas, conviene recordar que la agenda de Financiamiento para el Desarrollo nació en México en 2002, con la primera Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo en Monterrey. Esa reunión histórica constituyó un hito global para movilizar recursos para el desarrollo y sentó las bases de dos décadas de diálogo y cooperación. Hoy, esta agenda ha alcanzado un nuevo hito con la adopción del Compromiso de Sevilla en la FfD4 de 2025, que, junto con la Plataforma de Acción de Sevilla, proveen un marco global renovado para el financiamiento del desarrollo sostenible. Encarnan un nuevo consenso: que para avanzar en la Agenda 2030 se requiere un sistema financiero justo, inclusivo y eficaz que alinee todos los flujos —públicos y privados, nacionales e internacionales— con el desarrollo sostenible.
América Latina y el Caribe (ALC) está demostrando que es posible avanzar de manera significativa hacia un desarrollo inclusivo y sostenible. En los últimos años, millones de personas han salido de la pobreza y los gobiernos han fortalecido la protección social, invertido en bienestar y ampliado las oportunidades para todas y todos. La región también se ha convertido en un referente global en la protección de la naturaleza, al albergar el 40% de la biodiversidad mundial y vastos recursos naturales que, si se gestionan de manera responsable, pueden sustentar un nuevo modelo de desarrollo basado en la resiliencia y la inclusión.
El reto por delante es consolidar estos avances y, al mismo tiempo, prepararse para riesgos futuros, incluidos los derivados del cambio climático y de choques externos. Ello requiere movilizar financiamiento a gran escala, pero de manera que se salvaguarde la sostenibilidad de la deuda y se garantice que los avances de hoy no se logren a expensas de las generaciones futuras. Mediante el fortalecimiento de los ecosistemas financieros nacionales y el despliegue de instrumentos innovadores, los países de la región pueden asegurar los recursos necesarios para sostener los logros sociales, impulsar la transformación económica y proteger el medio ambiente.
ALC cuenta tanto con los activos como con la visión para liderar con el ejemplo. Alineando el financiamiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y colocando el bienestar social en el centro, la región puede abrir caminos de desarrollo resiliente que demuestren al mundo que es posible combinar prosperidad, equidad y sostenibilidad.
El Compromiso de Sevilla marca un punto de inflexión al situar la equidad, la resiliencia, el crecimiento verde y la justicia en el centro de la agenda de financiamiento. Llama a reformar las instituciones financieras internacionales, fortalecer la voz y representación de los países en desarrollo, aplicar políticas fiscales y tributarias progresivas, desplegar instrumentos innovadores e invertir en protección social, igualdad de género y la economía del cuidado. También subraya que la biodiversidad y la acción climática son componentes integrales de las estrategias de financiamiento, y no agendas paralelas.
Para la región de ALC, implementar el Compromiso de Sevilla significa enfrentar vulnerabilidades históricas, reconocer riesgos emergentes y, al mismo tiempo, aprovechar nuevas oportunidades. Esto incluye abordar las altas cargas de deuda, mejorar el acceso a financiamiento asequible, fortalecer la banca nacional de desarrollo y robustecer los sistemas fiscales a través de la transparencia, la rendición de cuentas y la progresividad. También significa movilizar de manera más eficaz las finanzas privadas para contribuir al desarrollo sostenible y responder a las prioridades regionales, desde las brechas de infraestructura hasta la industrialización inclusiva y la protección de los recursos naturales.
La Plataforma de Sevilla no es solo una declaración, sino una agenda operativa. Incluye compromisos para hacer más eficiente la capacidad fiscal nacional, reformar la cooperación tributaria internacional, movilizar financiamiento concesional, escalar el financiamiento mixto e innovador, e integrar consideraciones climáticas y de biodiversidad en las estrategias financieras. Asimismo, enfatiza el seguimiento, la rendición de cuentas y la cooperación regional como elementos esenciales para asegurar la implementación.
En el marco de esta agenda más amplia, los Marcos Integrados de Financiamiento Nacional (INFF, por sus siglas en inglés) representan un enfoque práctico para traducir las prioridades nacionales de desarrollo en estrategias de financiamiento. Los INFF fueron introducidos en la Agenda de Acción de Addis Abeba y reafirmados en el Compromiso de Sevilla y en diversas iniciativas de la Plataforma de Acción de Sevilla. Liderados por los países, los INFF permiten a los gobiernos articular estrategias de financiamiento integrales para financiar e implementar sus prioridades de desarrollo sostenible, reflejadas en los Planes Nacionales de Desarrollo y estrategias relacionadas. También sirven como catalizador para alinear presupuestos públicos, reformas fiscales e inversión privada con las prioridades de desarrollo y los compromisos ambientales, a fin de enfrentar retos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación y los residuos. Aunque no constituyen un fin en sí mismos, los INFF ejemplifican cómo los países pueden operacionalizar el principio de apropiación nacional que está en el centro del Compromiso de Sevilla.
El financiamiento climático constituye un desafío y una oportunidad decisiva para la región. Aunque este tema se aborda en otros procesos internacionales, Sevilla llamó a escalar el financiamiento para la adaptación, la mitigación, la biodiversidad y la reducción de riesgos de desastres, incluyendo la pronta implementación de la Nueva Meta Colectiva Cuantificada sobre financiamiento climático, el Fondo de Pérdidas y Daños, y el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal.
Para ALC, preparar estrategias de financiamiento ambiciosas y creíbles es esencial de cara a la COP30 en Brasil. Esto requiere reducir los riesgos del capital privado para inversiones verdes, fortalecer políticas fiscales que integren el clima y la biodiversidad, y asegurar que el financiamiento climático sea accesible, predecible y alineado con las prioridades nacionales.
El Intercambio Regional será organizado en la Ciudad de México por el Gobierno de México, con el apoyo del PNUD y del Mecanismo de INFF. Este encuentro se apoyará en el papel de México como cofacilitador del documento final de la FfD4 y su liderazgo en estrategias de financiamiento lideradas por los países y en plataformas nacionales.
Este evento de dos días reunirá a representantes de gobiernos de América Latina y el Caribe y a socios estratégicos para intercambiar y profundizar la colaboración en la implementación del Compromiso de Sevilla, incluso mediante herramientas y estrategias novedosas como bonos temáticos, financiamiento para infraestructura de cuidados e igualdad de género, y el aprovechamiento de los INFF y las estrategias de financiamiento sostenible más allá de 2025. El evento servirá como un foro para promover el diálogo entre actores involucrados en los procesos de financiamiento para el desarrollo de la región, establecer alianzas con el sector privado para financiar iniciativas, promover el intercambio de conocimientos y generar impulso para cumplir los compromisos de la FfD4 entre los Estados de América Latina y el Caribe.
El encuentro constituirá un intercambio interactivo que combinará paneles de discusión y mesas redondas. Se prevé la participación de aproximadamente 80 personas.
Fecha:
27 a 28 de octubre de 2025
Anfitriones:
Gobierno de México (Secretaría de Hacienda y Crédito Público y Secretaría de Relaciones Exteriores)
Sede:
Secretaría de Relaciones Exteriores (Plaza Juárez 20, Col. Centro Zona 1, Cuauhtémoc, CDMX).
Idioma:
La reunión se llevará a cabo en español con interpretación simultánea al inglés y viceversa.
Registro:
Registro para participación presencial (solo por invitación)
Registro para participación virtual (transmisión en vivo a través de Zoom) – enlace por compartir.